Diferencias entre el TDA y el TDAH
Hasta 1987, el trastorno se denominaba TDA, sin mencionar la «hiperactividad» en su nombre. Antes de ese año, específicamente en 1980, a los niños se les diagnosticaba TDA, con o sin hiperactividad. Sin embargo, a principios de los años noventa, se comenzó a utilizar el término TDAH para describir a estos niños.
En ese entonces, el diagnóstico se basaba en tres tipos: los niños con síntomas de falta de atención sin hiperactividad se consideraban de tipo inatento, los que eran hiperactivos e impulsivos se clasificaban como hiperactivo/impulsivo, y aquellos que presentaban los tres tipos de síntomas se denominaban de tipo combinado.
A pesar de ello, muchas personas todavía emplean el término antiguo TDA, ya sea por costumbre o porque les resulta más familiar que TDAH. Algunos lo utilizan para referirse al tipo de TDAH inatento, es decir, sin hiperactividad. Sin embargo, su uso de este modo no fue la intención original, y continuar utilizando un término con casi 30 años de antigüedad resulta cada vez más confuso.
La concepción más actual del TDAH implica eliminar por completo la distinción entre los tipos y centrarse en los síntomas más prominentes. Continuamos utilizando los mismos grupos de síntomas, falta de atención e hiperactividad-impulsividad, pero ya no los consideramos tipos separados. Además, hemos realizado ajustes basados en las investigaciones más recientes sobre cómo se manifiestan los síntomas del TDAH en la adolescencia o en la edad adulta.
Por eso, es importante comprender que el diagnóstico de TDAH puede aplicarse incluso si un niño no presenta comportamientos hiperactivos o impulsivos. Esto puede generar confusión entre los padres, quienes a menudo se preguntan: «No creo que mi hijo tenga síntomas hiperactivos/impulsivos, ¿podría aun así tener TDAH?» La respuesta es sí, es posible. Es especialmente relevante que los niños con síntomas prominentes de tipo inatento del TDAH sean evaluados por un médico especializado, ya que tienden a pasar desapercibidos en la escuela.
Descubre más sobre el TDAH en niños en nuestro post.
Queremos destacar que los niños que no presentan hiperactividad o impulsividad también pueden experimentar dificultades significativas y síntomas relacionados con el TDAH. Lo fundamental es comprender y proporcionar ayuda a cualquier niño que tenga problemas reales para prestar atención, incluso si no exhibe otros síntomas que suelen dar lugar a comportamientos más disruptivos o problemáticos.
Diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención sin Hiperactividad (TDA)
No existe una única prueba médica o genética para diagnosticar esta forma de TDA (ADHD en su término en inglés). Se requiere la evaluación de un profesional de salud mental cualificado, como un médico o psicólogo clínico, para emitir un diagnóstico.
El médico u otro especialista en salud mental llevará a cabo una entrevista diagnóstica detallada para obtener un historial completo de tus patrones de comportamiento pasados y actuales. Esta entrevista incluirá preguntas sobre tu desempeño en casa, el trabajo y la escuela. También es posible que se realicen entrevistas a familiares cercanos y amigos para verificar la información y obtener más detalles.
Dentro de esas entrevistas se usan cuestionarios clínicos como el EDAH o el BRIEF, así como test neuropsicológicos específicos para evaluar funciones cognitivas
Se indagará sobre tu historial médico familiar, y es posible que se realice un examen físico para descartar cualquier condición médica que pudiera causar síntomas similares a los del TDAH.
Además, se te pedirá completar una lista de síntomas. El psicólogo o médico puede utilizar otras escalas de evaluación del comportamiento. Se pueden llevar a cabo otras pruebas psicológicas para descartar la presencia de trastornos coexistentes, como la ansiedad o la depresión.
Para recibir un diagnóstico de TDA, debes estar experimentando una discapacidad significativa en al menos dos áreas importantes de tu vida, como el trabajo, la escuela o el hogar. Algunos ejemplos incluyen la pérdida de empleo debido a la falta de atención, conflictos en relaciones personales, problemas financieros debido a la desorganización o atrasos en el pago de facturas, o incluso suspensión académica.
Es importante señalar que ciertos trastornos médicos, como ataques o problemas de tiroides, pueden generar síntomas similares a los del TDAH. Por lo tanto, es fundamental realizar un examen físico para descartar otras causas médicas que afecten a las funciones cognitivas.
Características de los adultos con TDAH

Los adultos con TDAH suelen manifestar diversas características, incluyendo desorganización, olvidos, dificultades para establecer prioridades y una tendencia a iniciar múltiples tareas pero raramente completarlas. Además, pueden presentar baja tolerancia a la frustración, cambios de humor frecuentes, problemas para enfrentar el estrés y un temperamento irascible.
La capacidad de prestar atención, iniciar y detener acciones, mantenerse alerta, esforzarse y utilizar la memoria a corto plazo suele estar afectada en los adultos con TDAH. Estos déficits de atención e impulsividad pueden dar lugar a accidentes laborales, domésticos y de tráfico, problemas en relaciones interpersonales, problemas de rendimiento laboral y, en ocasiones, el abuso de sustancias, incluido el alcohol.
El TDAH representa un factor de riesgo independiente para el desarrollo de trastornos por consumo de sustancias, con una tasa de uso/abuso tres veces mayor en individuos no tratados que en la población general.
Los adultos con TDAH enfrentan un mayor riesgo de pérdida de empleo, cambios frecuentes de puesto de trabajo y una menor valoración de su desempeño laboral. También presentan un mayor número de multas por exceso de velocidad, retirada del permiso de conducir y accidentes con daño físico.
Los síntomas del trastorno pueden disminuir en situaciones en las que la persona recibe gratificaciones frecuentes por su comportamiento adecuado, o cuando está bajo un control estricto, en situaciones novedosas, en actividades particularmente interesantes o en interacciones personales uno a uno.
Síntomas del TDA en adultos

Los adultos con TDAH pueden experimentar una variedad de síntomas, entre los que se incluyen:
- Impulsividad.
- Desorganización y dificultades para establecer prioridades.
- Escasas habilidades para administrar el tiempo.
- Problemas para concentrarse en una tarea.
- Dificultad para realizar múltiples tareas simultáneamente.
- Exceso de actividad o inquietud.
- Escasa planificación.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Cambios de humor frecuentes.
- Problemas para completar tareas.
- Temperamento irascible.
- Dificultad para afrontar el estrés.
Tratamiento del TDA

Tratamientos para el TDA en adultos:
Aunque no existe una cura para este trastorno, es posible tratarlo con éxito. Generalmente, el tratamiento en adultos implica una combinación de medicamentos y terapia de comportamiento.
Medicamentos:
Los medicamentos recetados que se emplean para tratar el TDAH en niños suelen ser efectivos en la mayoría de los adultos con la forma inatenta de TDAH. Sin embargo, es esencial ajustar la dosis y la frecuencia de los medicamentos según las necesidades individuales. Las clases más comunes de medicamentos recetados para el TDAH incluyen los psicoestimulantes, los antidepresivos y los medicamentos no estimulantes. Estos medicamentos afectan a los neurotransmisores que transmiten señales en el cerebro.
Psicoestimulantes:
Son los medicamentos preferidos para tratar el TDAH. Los dos tipos más utilizados son las anfetaminas y el metilfenidato. La mezcla de sales de anfetaminas se comercializa bajo la marca Adderall®, mientras que el metilfenidato se vende bajo las marcas Ritalin®, Concerta® y Metadate®. Estos medicamentos están disponibles en diversas formas, incluyendo acción inmediata, acción sostenida y acción prolongada. La dosis y la frecuencia de estos medicamentos deben ajustarse para maximizar su efectividad. En algunos casos, los psicoestimulantes pueden no ser efectivos o pueden causar reacciones adversas, por lo que se recetarán otros medicamentos.
Medicamentos no estimulantes:
Se recetan en situaciones en las que los estimulantes no son efectivos o generan efectos secundarios adversos. También se utilizan cuando el paciente presenta problemas psiquiátricos. El primer medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para tratar el TDAH en adultos fue la atomoxetina (Strattera®).
Antidepresivos:
Ciertos antidepresivos, como los tricíclicos, los inhibidores de la monoaminooxidasa, el bupropión (Wellbutrin®) y la venlafaxina (Effexor®), aumentan los niveles de norepinefrina en el cerebro y tienen efectos beneficiosos en los síntomas del TDAH. Aunque estos medicamentos no cuentan con la aprobación de la FDA, se utilizan en la práctica clínica.
Modificación del comportamiento y otras formas de terapia:
Existen diversas estrategias para tratar a adultos con problemas de falta de atención. La terapia ayuda a los pacientes a identificar los patrones de comportamiento y a desarrollar estrategias para cambiar su comportamiento y alcanzar sus metas.
Modificación del comportamiento:
Es una estrategia tradicional que se enfoca en reforzar los comportamientos deseados mediante recompensas y refuerzos.
Terapia cognitivo-conductual:
A diferencia de la terapia psicoanalítica tradicional, se concentra en los patrones de comportamiento actuales del paciente. Se centra en identificar pensamientos automáticos o irracionales que puedan desencadenar comportamientos negativos y reemplazarlos por pensamientos y comportamientos positivos. Se han desarrollado programas para mejorar la autorregulación, aunque no están ampliamente disponibles. La terapia grupal puede ser beneficiosa para adultos con TDAH, especialmente para las mujeres.
Entrenamiento o «coaching»:
El entrenamiento es una estrategia relativamente reciente que ha ganado popularidad en los últimos años. Los entrenadores ayudan a las personas con TDAH a enfrentar los desafíos de la vida diaria mediante retroalimentación, recomendaciones y apoyo. También proporcionan soluciones prácticas para abordar problemas como la gestión del tiempo y la organización, y ayudan a