El trastorno depresivo mayor es un trastorno sufrido por 350 millones de personas en el mundo, caracterizado por un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día casi todos los días, una disminución importante del interés y el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día casi todos los días que llevan al individuo a sufrir algunas de las siguientes consecuencias entre las que se encuentran una pérdida importante o aumento de peso sin hacer dieta, insomnio o hipersomnia, fatiga, sentimientos de inutilidad, y en algunos casos pensamientos de muerte.
La tecnología ha dejado su huella en el tratamiento de este trastorno mediante la aportación de diferentes técnicas que permiten complementar y aumentar las posibilidades y facilidades de los pacientes a la hora de llevar a cabo el tratamiento y, aunque su aportación es sin duda beneficiosa, no es apta para todo tipo de pacientes.
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Terapia Online.
La terapia cognitivo conductual mediada por internet es una alternativa a la terapia cognitivo conductual tradicional que permite a los pacientes trabajar en el tratamiento de forma continuada y desde donde ellos lo deseen, logrando una libertad de la que carecerían al recibir un trato directo con el paciente.
Sin embargo, no todos los pacientes ven esta alternativa como eficaz, pues echan en falta el trato personal con el terapeuta. A pesar de ello, este tipo de terapia online puede no ser un buen sustituto para la terapia tradicional, pero sí es un buen complemento, como refieren numerosos pacientes, que prefieren un lugar acogedor como su casa a la hora de llevar a cabo la terapia. Además, este tipo de terapia permite llevar un tratamiento más continuado que la terapia tradicional, así como el ahorro de tiempo y dinero, además de la libertad de poder realizarlo cuando el paciente decida y de poder llevar un registro de la actividad del paciente durante el tratamiento.
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Inteligencia Artificial conversacional.
Otra herramienta disruptiva para el actual tratamiento de la depresión es el uso de programas de inteligencia artificial con capacidad conversacional, como Woebot. Actualmente utilizados como asistentes en los dispositivos móviles, permiten simular la actividad de un terapeuta tradicional en la forma de Inteligencia artificial.
Entorno al 75% de estudiantes que requieren tratamiento para síntomas depresivos no acuden a consulta debido, en su mayor parte, al estigma existente en la salud mental, y a los escasos servicios en este campo, que no logran abarcar la totalidad de la población que los requiere. Por ello, este tipo de plataformas son una gran solución a este problema, dado que no solo permiten abarcar a todos los individuos con síntomas depresivos, sino que además no están sujetos al estigma, dado que el “terapeuta” se trata de una IA.
El uso de estas plataformas parece ser satisfactorio (Fitzpatrick KK, Darcy A, Vierhile M, 2017) para la gran mayoría de pacientes que han tenido oportunidad de probarlo, destacando la empatía que es capaz de mostrar la IA y la flexibilidad a los distintos tipos de pacientes y situaciones. En cuanto a su eficacia, aquellos pacientes que han usado este tipo de plataformas mostraron una significativa reducción de la depresión a las pocas semanas de tratamiento.
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Tecnología en detección de la depresión.
Otra de las grandes ventajas de la tecnología en la detección de la depresión con respecto a las técnicas tradicionales es la capacidad de detectar y registrar elementos que pasan desapercibidos al ser humano, y de manera más constante que las sesiones tradicionales.
Actualmente existen aplicaciones, como Mindstrong del MIT, capaces de registrar síntomas depresivos basándose únicamente en la manera en que utilizamos nuestros dispositivos móviles. La voz, la manera de desplazarnos a través de las aplicaciones, la frecuencia con que las usamos, son factores que están estrechamente relacionados con nuestros procesos cognitivos y que la IA registra e interpreta, permitiendo la antes de que el individuo llegue a un estado avanzado de depresión.
Con todo, no hay duda de que a medida que la tecnología avanza, también lo hace su inclusión el campo de la salud mental y, aunque aún requiera de ciertas mejoras, sus aportaciones hoy día son más que sustanciales.
Referencias:
Holst, A., Nejati, S., Björkelund, C., Eriksson, M. C., Hange, D., Kivi, M., … & Petersson, E. L. (2017). Patients’ experiences of a computerised self-help program for treating depression–a qualitative study of Internet mediated cognitive behavioural therapy in primary care. Scandinavian journal of primary health care, 35(1), 46-53.
Topolovec-Vranic, J., Mansoor, Y., Ennis, N., & Lightfoot, D. (2015). Technology-adaptable interventions for treating depression in adults with cognitive impairments: protocol for a systematic review. Systematic reviews, 4(1), 42.
Hallgren, K. A., Bauer, A. M., & Atkins, D. C. (2017). Digital technology and clinical decision making in depression treatment: Current findings and future opportunities. Depression and anxiety, 34(6), 494-501.
Fitzpatrick KK, Darcy A, Vierhile M. (2017). Delivering Cognitive Behavior Therapy to Young Adults With Symptoms of Depression and Anxiety Using a Fully Automated Conversational Agent (Woebot): A Randomized Controlled Trial. JMIR Ment Health;4(2):e19