La infancia es una etapa de desarrollo en la que los pequeños exploran el mundo que les rodea de manera activa y en constante movimiento. Sin embargo, en algunos casos, los padres pueden notar que sus bebés parecen más hiperactivos de lo común. En este artículo exploraremos la hiperactividad en bebés prematuros, desde cuándo se puede diagnosticar hasta las posibles razones detrás de su enérgico comportamiento y qué hacer si se presentan indicios preocupantes.
160 tips y hechos sobre TDAH¿A partir de qué edad se puede diagnosticar un bebé?
La hiperactividad es un término que suele asociarse más a niños que mayores, pero ¿es factible realizar un diagnóstico en bebés? En la mayoría de los casos, resulta complicado emitir un diagnóstico definitivo de TDAH en bebés, ya que su comportamiento lleno de energía es una faceta normal de su desarrollo. Sin embargo, pueden detectarse ciertas señales de advertencia que podrían indicar la necesidad de una evaluación más profunda.
Es importante subrayar que no es posible diagnosticar el TDAH en un bebé en ningún caso. La edad mínima para efectuar este tipo de diagnóstico es a partir de los 7 años, dado que antes de ese momento, el comportamiento del niño puede estar influenciado por su propio proceso de desarrollo o por sus características personales. En la infancia, es normal que los niños muestren ocasionalmente comportamientos impulsivos, así como breves períodos de atención o dificultades para completar tareas. Etiquetar prematuramente a los niños en edad preescolar como hiperactivos podría resultar perjudicial para su desarrollo.
Trucos y hechos sobre TDAHSíntomas de los bebés con hiperactividad
Los bebés, en su búsqueda por conocer el mundo, suelen ser activos y curiosos. No obstante, hay señales que podrían indicar que un bebé parece más hiperactivo de lo habitual. Estos síntomas pueden incluir:
Inquietud extrema:
Un bebé que parece incapaz de quedarse tranquilo o que se mueve constantemente, incluso en situaciones en las que se espera que estén más relajados.
Dificultad para mantener la atención
Si un bebé tiene problemas para enfocarse en juguetes o actividades durante períodos cortos, esto podría ser un signo preocupante.
Problemas para dormir
El sueño inquieto, las siestas cortas y la dificultad para conciliar el sueño pueden ser síntomas de hiperactividad
Dificultad en la alimentación:
Los bebés hiperactivos pueden tener dificultad para mantenerse tranquilos durante las comidas o para amamantar.
¿Por qué un bebé puede parecer hiperactivo?
La energía excesiva en bebés puede tener diversas causas. Es importante tener en cuenta que la hiperactividad en bebés es un tema delicado y complejo. Algunas de las razones detrás de su comportamiento enérgico pueden incluir:
Desarrollo cognitivo infantil
El rápido desarrollo cognitivo de los bebés puede hacer que estén constantemente explorando su entorno. A medida que aprenden sobre el mundo que les rodea, pueden mostrar signos de inquietud y actividad excesiva.
Temperamento explorador
Cada bebé tiene su propio temperamento. Algunos bebés son naturalmente más curiosos y aventureros, lo que puede dar la impresión de hiperactividad. Este temperamento explorador es parte de su personalidad única.
Bebés de alta demanda
Algunos bebés tienen necesidades más intensas que otros. Los bebés de alta demanda pueden requerir más atención y estimulación, lo que puede llevar a un mayor nivel de actividad para satisfacer sus necesidades.
Falta de recursos y herramientas personales
Los padres y cuidadores desempeñan un papel fundamental en el manejo de la energía de los bebés. La falta de recursos o herramientas personales para lidiar con un bebé enérgico puede hacer que su comportamiento parezca más hiperactivo.
¿Qué hacer si aparecen indicios?
Si los padres notan signos preocupantes de hiperactividad en su bebé, es importante abordar la situación de manera adecuada. Aquí hay algunas recomendaciones:
Establecer rutinas:
Establecer rutinas regulares para las comidas, el sueño y las actividades puede ayudar a los bebés a sentirse más seguros y tranquilos.
Proporcionar un entorno estimulante y seguro:
Asegurarse de que el bebé tenga un ambiente seguro y estimulante para explorar puede ayudar a canalizar su energía de manera positiva. Juegos y juguetes adecuados para su edad pueden ser útiles.
Observación y paciencia
En muchos casos, el comportamiento enérgico de un bebé es una fase temporal. Observar y ser paciente puede ser fundamental mientras el bebé atraviesa diferentes etapas de desarrollo.
Consultar a un profesional de la salud
Si los síntomas son persistentes o preocupantes, es importante hablar con un pediatra o un neurólogo infantil. Estos profesionales pueden evaluar al bebé y brindar orientación sobre cómo manejar la situación
Buscar apoyo
Los padres pueden buscar apoyo de grupos de padres o profesionales de la salud mental para lidiar con el estrés y la preocupación relacionados con un bebé enérgico.
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