La cognición es el conjunto de procesos que permiten que la información tanto externa como interna sea procesada, almacenada, reducida o evocada para llevar a cabo cualquier tarea. La capacidad de procesar la información la adquirimos a través de la percepción, la experiencia, las motivaciones, las inferencias y las expectativas.
Los procesos cognitivos requieren de la correcta activación de diversas áreas cerebrales que, a su vez, están conectadas entre sí. Por ello cualquier patología o trastorno que implique una alteración de la activación o conectividad entre estas regiones cerebrales va a tener asociada ciertos déficits cognitivos. Un ejemplo de ello, serían los trastornos del neurodesarrollo, como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o los Trastornos del Espectro Autista (TEA).
En este post vamos a hablar concretamente de dos procesos cognitivos, el control inhibitorio y la atención selectiva, cómo su afectación se expresa en el día a día y cómo podemos mejorar estos procesos.
Control inhibitorio
El control inhibitorio es la capacidad de controlar las respuestas impulsivas o automáticas, tanto a nivel atencional como de comportamiento. De este modo, permite, una autorregulación consciente del comportamiento, los pensamientos y las emociones. Este proceso es uno de los más importantes a nivel de adaptación a las normas sociales.
La alteración de esta función va asociada a comportamientos altamente impulsivos, que se traducen en síntomas especialmente característicos del TDAH. Entre ellos se encuentran la incapacidad de mantenerse sentado en clase o bien interrumpir constantemente durante una conversación al ser incapaz de controlar los pensamientos y mantener su atención. En edades más avanzadas, como la adolescencia, el control inhibitorio es clave para regular las conductas así como para preveer consecuencias de sus acciones.
Esta capacidad de controlar los impulsos y el comportamiento está estrechamente relacionado y es clave para poder desarrollar una correcta atención selectiva.
Atención Selectiva
La atención selectiva es la función cognitiva que orienta la atención hacia los objetos o estímulos que resultan relevantes evitando la distracción frente a aquellos que son irrelevantes. Nos va a permitir dirigir la atención y mantenernos centrados en algo sin que otros estímulos interrumpan la tarea. Es por ello que el control inhibitorio es vital para este proceso, necesitamos inhibir la respuesta hacia los estímulos no relevantes.
La alteración de este proceso va a ser muy evidente sobre todo en tareas escolares, ya que conduce a distraerse fácilmente dificultando el finalizar los deberes, estudiar o incluso prestar atención al profesor en lugar de mirar por la ventana cuando pasa un coche.
¿Cómo mejorar estos procesos?
Las aplicaciones de Sincrolab, cuentan con múltiples juegos que permiten entrenar y mejorar la atención selectiva y el control inhibitorio, entre otros muchos procesos. Un ejemplo de ellos es Jupertino, en este juego a varios este juego deben atrapar bolas de fuego de un color determinado ignorando multitud de estímulos distractores.
Un caso real
Esta es la impresionante evolución de una niña de 9 años diagnosticada con TDAH tras 5 meses entrenando con Sincrolab Kids


¿Tu también quieres mejorar sus procesos cognitivos?