Por José Félix Mozo
Neuropsicologo Clínico. Grupo5-CIAN Madrid.
Variables a tener en cuenta en la Rehabilitación Cognitiva de un ICTUS:
- El momento en que se comienza.
Generalmente, en las primeras fases tras la lesión se recomiendan prácticas basados en técnicas de restitución con abordajes tipo bottom-up (de abajo hacia arriba, “de lo sensorial a lo consciente”), con baja carga intensiva, alta frecuencia, y aprendizaje con guía externa de estrategias. Conforme evoluciona el paciente se debe ir trasladando este planteamiento hacia técnicas de compensación con abordajes tipo top-down (de arriba hacia abajo, “de lo consciente a lo sensorial”) centradas en el uso de los procesos cognitivos preservados para la potenciación de los procesos afectados, con alta carga intensiva, frecuencia variable, y buscando la internalización de la estrategia (Solhberg & Matter, 2001). Pero no siempre tiene porqué ser así, de hecho recomendaciones actuales concluyen en la combinación de aproximaciones como la mejor opción terapéutica según qué casos.
- La elección de la carga de trabajo.
Durante la rehabilitación cognitiva manipulamos las distintas cargas de los procesos cognitivos buscando relaciones más eficientes entre ellos. En ese engranaje terapéutico donde añadimos y retiramos procesos dentro de una actividad que proponemos al paciente, podemos elegir “cargar” la tarea en estrategias, con el objetivo de buscar la eficiencia de la función cognitiva.
El cambio de cargas viene determinado por la capacidad global del paciente para responder a una actividad determinada, hecho que nos orienta hacia la elección de las cargas y del tipo de estrategia sobre la que trabajar.
Cuanta menos semiología aparezca, más nos induce a pensar en el avance en el tratamiento.
Debemos conocer cómo la tarea afecta en la cognición, y cómo la cognición se expresa con la tarea; como tarea puede servirnos cualquier actividad que sea significativa para el paciente y descomponerla tanto como sea necesario para un abordaje cómodo -ni muy fácil ni muy difícil- (desde leer un periódico y comprenderlo hasta organizar una comida familiar).
A modo general se plantea el siguiente algoritmo en la toma de decisiones durante el tratamiento:
Adaptado de: Haskins, E. C., Cicerone, K. D., & Trexler, L. E. (2012). Cognitive rehabilitation manual: Translating evidence-based recommendations into practice. ACRM Publishing.
- La elección de los indicadores de evolución.
Existen algunos indicadores que nos acercan a concluir el éxito o fracaso de una intervención con rehabilitación cognitiva.
Como indicadores existen: la transferencia cercana (si se produce mejoría en aquellas actividades en las que se quería mejorar y que además se han entrenado, transferencia lejana (si hay mejoría en otras actividades que no se han entrenado ni se parecen a ellas), y por último, la generalización (si el paciente mejora en otras actividades similares a las entrenadas pero no iguales).
La observación nos permite conocer el cambio en el indicador atendiendo al tipo de dato: de déficit (p.e: si el paciente comete menos errores ante una tarea determinada), de la discapacidad (p.e: si el paciente se siente más ágil mientras cocina y requiere menos asistencia), o de la participación (p.e: si el paciente ahora tiene un rol dentro de casa encargándose de la alimentación de la familia). Se debe hacer un esfuerzo por revisar el caso y atribuir correctamente a qué se debe el cambio.
- La elección del terapeuta
En la rehabilitación cognitiva también es relevante la comprensión y convicción que tiene el paciente a cerca de la finalidad de la actividad que se está llevando a cabo. La alianza terapéutica, la supervisión durante el tratamiento, y el feedback son factores necesarios para un abordaje en positivo.
Técnicas, métodos, y aproximaciones terapéuticas.
Algunas de las técnicas, métodos, y aproximaciones que responden a mayor evidencia en rehabilitación cognitiva actualmente son los siguientes:
Cada abordaje, técnica, y método debe monitorizarse y poderse adaptar a las necesidades de la persona y contexto, sería temerario apostar por un programa de rehabilitación o técnica cerrada en su estructura y considerar posible su capacidad para generar cambios significativos en la persona.
En la rehabilitación cognitiva se debe ser crítico, flexible, y dispuesto a cambiar el tipo de actividad propuesta, su complejidad y variabilidad, su grado de asistencia profesional, o incluso el contexto y terapeuta que coordina el tratamiento; citando textualmente de Tirapu J. (2011) “(…) la afectación de un mismo proceso en dos personas distintas deberá abordarse de manera diferente, ya que los procesos cognitivos son multidimensionales, con la complejidad añadida de las diferencias interindividuales (motivación, intereses profesionales, nivel cultural, recursos, disponibilidad de los miembros de la familia, etc)”, por tanto podemos concluir que el trabajo con personas se incluye en entornos en continua transformación.
Conclusión:
La rehabilitación cognitiva juega un papel importante en el proceso rehabilitador en lesiones cerebrales. Se debe hacer hincapié en la personalización de los tratamientos, siendo flexibles en la continua revisión del caso, sin olvidarnos de la persona, su contexto, y su evidencia.
REFERENCIAS:
Haskins, E. C., Cicerone, K. D., & Trexler, L. E. (2012). Cognitive rehabilitation manual: Translating evidence-based recommendations into practice. ACRM Publishing.
Johnstone, B., & Stonnington, H. H. (2011). Rehabilitation of neuropsychological disorders: A practical guide for rehabilitation professionals. Psychology Press.
Tirapu, J., Ríos, M., Maestú, F. (2011). Manual de neuropsicología. Viguera Editores.
Bruna, O., Roig, T., Puyuelo, M., Junqué, C., & Ruano, Á. (2011). Rehabilitación neuropsicológica. Intervención y práctica clínica. Barcelona: Editorial Elsevier.
Wilson, B. A., Gracey, F., Evans, J. J., & Bateman, A. (2009). Neuropsychological rehabilitation: Theory, models, therapy and outcome. Cambridge University Press.
Dundon, N. M., Bertini, C., Làdavas, E., Sabel, B. A., & Gall, C. (2015). Visual rehabilitation: visual scanning, multisensory stimulation and vision restoration trainings. Frontiers in behavioral neuroscience, 9, 192.
Bovend’Eerdt, T. J., Botell, R. E., & Wade, D. T. (2009). Writing SMART rehabilitation goals and achieving goal attainment scaling: a practical guide. Clinical rehabilitation, 23(4), 352-361.
Hanna, K. L., Hepworth, L. R., & Rowe, F. J. (2017). The treatment methods for post‐stroke visual impairment: A systematic review. Brain and behavior, 7(5), e00682.