Por Alejandra Azcona Alberquilla
NeuroPsicóloga.
Aunque parezca que no, nuestro cerebro aún sigue funcionando cuando dormimos. Esto lo sabemos de forma consciente ya que somos partícipes, de manera generalmente pasiva, de la creatividad con la que el cerebro crea historias a través de la información ya almacenada: los ensueños.
Los ensueños son un tipo de actividad mental que ocurre generalmente en la fase de sueño REM aunque también pueden darse en la fase 2 del sueño NREM (No REM). Se han encontrado diversos tipos de actividad mental que pueden ocurrir a lo largo del sueño en un sujeto adulto: alucinaciones hipnagógicas (ocurren en el adormecimiento), ideación de tipo reflexivo (suelen darse durante las fases 3 y 4 del sueño NREM), ensueños típicos (suelen ocurrir durante el sueño REM y en la fase 2 del sueño NREM), sueños lúcidos (durante la fase REM y la fase 2 del sueño NREM), pesadillas (asociados al sueño REM), terrores nocturnos (en las fases 3 y 4 del sueño NREM) y alucinaciones hipnopómpicas (pueden ocurrir al despertar).
¿Cuál es el mecanismo neurofisiológico que sustenta la creación de los ensueños?:
Los ciclos del sueño REM-NREM se producen por un cambio en el metabolismo cerebral como resultado de la relación entre sistemas aminérgicos y colinérgicos, y se explica a través del modelo del mecanismo oscilador: “flip-flop” de Saper. Durante la vigilia aumentan los niveles aminérgicos en el locus coeruleus y los núcleos del rafe que actúan como inhibidores del sueño REM. Cuando estos niveles de monoaminas disminuyen, aumentan los niveles colinérgicos, lo que produce un aumento de la activación de neuronas de los núcleos tegmental pedunculopontino (PPT) y tegmental laterodorsal (LTD), lo cual a su vez inhibe los centros monoaminérgicos anteriormente activados. Esta alternancia de actividad de neuronas REM-on/REM-off sucede 4 o 5 veces a lo largo del sueño nocturno.
El contenido emocional y bizarro, la familiaridad del contenido (lugares, personajes, objetos, etc.), la falta de control voluntario y la aceptación acrítica, son características principales de los ensueños que tienen lugar durante el sueño REM. Se ha investigado que estas características se pueden explicar por el grado de modulación neuroquímica así como la activación y desactivación de diferentes regiones cerebrales. Se ha estudiado, mediante técnicas de neuroimagen, que durante el sueño REM se registra actividad cerebral en: tegmento pontino y núcleos talámicos, prosencéfalo basal e hipotálamo, amígdala, hipocampo, áreas temporo-occipitales, córtex premotor, cerebelo, ganglios basales y corteza prefrontal ventromedial. A su vez se observa un descenso de la actividad en: córtex primario motor, áreas visuales primarias (V1), córtex cingulado posterior, precúneo, córtex prefrontal dorsolateral y orbitofrontal.
Pero, ¿Para qué sirve este tipo de actividad mental que llamamos ensueños?
A lo largo del tiempo se han propuesto muchas teorías sobre la funcionalidad de los ensueños, siendo las principales las que consideran que los ensueños son una forma de beneficiar el estado emocional del durmiente, generan soluciones alternativas a los problemas, y que desempeñan un papel en la consolidación de los recuerdos. Los trastornos que cursan con alteraciones del funcionamiento del sueño REM (Narcolepsia, trastorno de conducta durante el sueño REM, y el trastorno de estrés postraumático) ponen de manifiesto la relación entre el sueño REM y la regulación emocional. A su vez, La función de los ensueños como proceso de regulación del estado de ánimo del durmiente se ha estudiado tanto en personas sanas como también en personas con diversas patologías como es el caso de personas con depresión, trastorno bipolar y el trastorno de estrés postraumático. Estos estudios han hallado que el estado emocional matutino varía según el tipo y grado de intensidad emocional que tenga la persona previo al sueño, y la calidad y cantidad de sueño (y sueño REM) obtenido a lo largo de la noche.
Aunque parezca increíble, la mente humana, y su correlato fisiológico (el cerebro), siguen sorprendiéndonos de lo que son capaces de hacer, incluso cuando no ejercemos un control sobre ellos.
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